Tras el impacto del reciente sistema frontal en la Región de O’Higgins, se ha emprendido una labor de reparación de puentes para garantizar la seguridad y la conectividad en la zona.
El puente Cachapoal, el camino I-500 en Paredones y el puente Bucalemu que conecta con Pichilemu fueron sometidos a mediciones topográficas preventivas para descartar afectaciones estructurales. Estos puentes resultaron ilesos, asegurando su operatividad.
Del total de 11 puntos críticos identificados tras el temporal, 10 ya han sido rehabilitados, permitiendo la reanudación del tráfico vehicular. Sin embargo, el Puente Coinco, uno de los más afectados, aún permanece cerrado. Este puente, además del socavón en la ruta H-38 hacia Doñihue, dejó a comunidades aisladas. Se ha permitido el paso de vehículos menores en una vía del puente Coinco tras la inspección de expertos del MOP. La reparación de este puente es especialmente desafiante debido al tiempo que tomará drenar los suelos saturados de agua y completar la compactación.
El puente La Candelaria 1 en la comuna de Chépica, Ruta I-776, sufrió daños en su estructura de madera, limitando su uso a peatones y afectando a alrededor de 300 viviendas. Se está trabajando en la construcción de un badén provisional para peatones mientras se planifica un puente definitivo con materiales más sólidos y duraderos. Sin embargo, la construcción del nuevo puente llevará al menos 3 años debido a los plazos necesarios, incluido el período de factibilidad.
La recuperación de los puentes es esencial para restablecer la normalidad en la Región de O’Higgins y asegurar la movilidad de sus habitantes.